domingo, 6 de diciembre de 2009

El hada durmiente.

De sedas vestida y engalanada
en una nube de cálida nieve
duerme dulcemente un hada,
por sus poros transpira mieles


Su boca, aromaticas rosas
su voz, dulce melodía
la luna por ella solloza
no puede verla a la luz del día


Las estrellas palpitan de celos
el sol posa rayos en su frente
el ruiseñor recita sonetos
el viento aspira , los suspiros que vierte.


Un angel aterriza a su lado
su blanca mano le toca
dioses del firmamento estrellado
observan su tez de amapola



El hada sigue durmiendo
¡Nadie supo lo que soñaba!
El día esta atardeciendo
El hada sonreía enamorada.


Por E. Martínez.