jueves, 28 de abril de 2011

Afrodita, ¿Sois vos mi Diosa?

Luceros de blanco teñidos,
crepúsculo bañado en carmín,
plenilunio insinuando su nariz,
Diana oscureciendo sin quejido
la bóveda celeste lejos de todo fin,
joven soñador quue mira tímido,
sus orbes puros de azucena
viajan libres de toda pena.

Oscuro esplendor el valle porta,
serpenteando el rio claro,
en otro tiempo aún bravo,
navegante ninguno tansporta,
ya no es paisaje preso y esclavo
de cuatro Hermes que vida acortan,
Hambre, Enfermedad, Peste y Muerte,
huyeron de apocalipsis jinetes.

El joven cual ánima vagaba,
verde sonaba bajo sus pies
y Deméter virgen gritaba en su sien,
el viento que aúreo ululaba
suave acariciaba su  tez,
y en oro su pelo levitaba,
en su Vulcano fuego en fragua
que apagara esa pasion no hubo agua.

Lugar de hechizos y quimeras,
de bestias y de héroes es divino,
paraje que mana leche y vino,
sombras luces y ardiente esfera
que mora en enigmático destino
y soberbia cual cruel Hera,
y el rozar de este lejano lugar,
sueña siempre con soñar.


Altiva Perséfone encarnada en mujer,
guarecida en madera espera al hombre
que sus labios maduros busca insomne
del mundo que conocen  sus pies,
lejos de la barca de Caronte
en secretos deseos se quema su piel,
despoja de telas a su amor,
blanco mente, rojo corazón.

Bajo el lacteo resplandor estrellado,
antes, dos almas, ahora una sola,
se convierte en pura flor de amapola,
dique con fuerte ira desatado,
dignas de Poseidón son olas
y tristes encuentran su acantilado,
miraronse astros en infinito,
reflejos de silencio en gritos.

De ella la seda toca cual sueño,
-Afrodita¿Sois vos, mi diosa?,
¡Si lo sois señora! suena rosas,
que cual insecto, sientome pequeño
y no aspiro a ninguna cosa,
y menos mi señora, a ser tu dueño.
En penumbra la dama reía,
destellos de soles, su boca emitía.

-No soy nadie mi señor, ni nada
que puedas poseer con facilidad,
conmigo no habrá estabilidad,
pero si fantasias de hadas,
Amor, trátame con amabilidad
y te entregare el don que no te daban,
como roca el hombre quedose,
el pecho explotaba en voces.

-Ni motivo ni lógica hallé en vida,
moriría por ti, pues tendría sentido
ya que todo lo que he vivido,
sin ti, no es más que polvo con ira,
pues ahora que te he tenido,
me iría del mundo sabiendo que es vida,
y si todo va erratico y sin rumbo,
No me importa ya que tú  eres mi mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario